lunes, junio 1

Rosariazo

Películas, documentales, charlas. Todo por estos días nos remite a lo que sucedía hace 40 años en este país: el derrocamiento de un gobierno. Y una vez más, como siempre sucede en estos casos, la muerte. Durante las manifestaciones en esta ciudad murieron Adolfo Bello y Luis Norberto Blanco, asesinados por la policía. Si lo que surge es la nostalgia, recordemos que hace tan solo 8 años sucedió casi exactamente lo mismo con la caída de De la Rua. Y una vez más, la muerte de estudiantes y trabajadores es la que encamina los cambios sociales. Realmente patético.
La situación actual del mundo es una oportunidad incomparable para la lucha. Yo, con 27 años y un incipiente pesimismo respecto a los cambios sociales, creo más que nunca que hay avivar la crítica al capitalismo y a la forma de vida actual. La realidad, lo material, nos dice que ese modo de producción no tiene salida, que no soluciona ni mejora los problemas ni la vida de la mayoría. Es el momento de proponer sin miedo nuevos paradigmas y nuevas formas de creación. No podemos ser tan ciegos.

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