viernes, julio 17

Belén 2

Ella sabía de antemano quién era yo. No sé por qué lo sabía; quizás me vio desde arriba. Se habrá dado cuenta de mi nerviosismo, pensé, porque siempre estoy nervioso en estas situaciones y me pongo paranoico y miro para todos lados. Mi encuentro con su amiga debía ser hace más de seis horas y esta era la segunda vez que tocaba el timbre. O tardó en atender esperando órdenes de mi chica, o yo me había equivocado de botón.
- ¿Está Estrella?
- Duerme Estrella...
- Ah...
Hubo un silencio, que si se hubiera prolongado demasiado hubiera sido catastrófico. Ella lo interrumpió.
- Pasá mañana –dijo rápidamente, sin preguntarme nada como las otras veces.
“Pasá mañana”. ¿Qué habrá querido significar? Fue una orden, sin duda, pero ¿debía volver, o no hacerlo más? ¿Decidió en lugar de su amiga? Ciertamente no. Entonces ella no dormía. Tuvo tiempo de especular sobre mi visita. Podría no haberme dicho nada, si es que no quería que vuelva, sin embargo me cargó con la obligación de regresar, ¿o me lo impuse yo mismo, sin más?
Saludé y me fui tranquilo: solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario