viernes, mayo 15

"El dinero habla" (por V. Chill.) - 1ª parte

La suela del zapato contra el pavimento acabó con la colilla del penúltimo cigarrillo de Roby. Los zapatos eran negros, lustrosos, terminados en punta, apenas cubiertos por un pantalón gris de vestir. Tenía las manos en los bolsillos de una chaqueta oscura. La boina a cuadros lo protegía del frío y desafiaba a quienes querían adivinar su identidad. Su rostro estaba curtido, alojando en sus facciones largos años, y duros, por cierto, de trabajo sucio.
Roby era un matón de “mala muerte”, un hombre rústico a la hora de actuar. El creía que no, pero esta contradicción confirmaba su baja reputación. Este tipo de personas lo primero que genera es desconfianza, y esto dista demasiado de los hombres de nivel.
Había hecho algunos trabajos para mafias pequeñas, de escaso poder, pero en esta oportunidad había dado con algo grande. No por la magnitud de la encomienda, que en sí era un asunto simple y fácil de ejecutar, sino debido a las personas beneficiadas y a la suma a cobrar. El modo de cumplirla no cambió con respecto a la mayoría de sus trabajos: “ir, matar, volver”. Y así lo hizo. (...)

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